Saeta que voladora
cruza, arrojada al azar,
y que no se sabe dónde
temblando se clavará;
hoja que del árbol seca
arrebata el vendaval,
sin que nadie acierte el surco
donde al polvo volverá;
gigante ola que el viento
riza y empuja en el mar,
y rueda y pasa, y se ignora
qué playa buscando va;
luz que en cercos temblorosos
brilla, próxima a expirar,
y que no se sabe de ellos
cuál el último será;
eso soy yo, que al acaso
cruzo el mundo sin pensar
de dónde vengo ni a dónde
mis pasos me llevarán.
cruza, arrojada al azar,
y que no se sabe dónde
temblando se clavará;
hoja que del árbol seca
arrebata el vendaval,
sin que nadie acierte el surco
donde al polvo volverá;
gigante ola que el viento
riza y empuja en el mar,
y rueda y pasa, y se ignora
qué playa buscando va;
luz que en cercos temblorosos
brilla, próxima a expirar,
y que no se sabe de ellos
cuál el último será;
eso soy yo, que al acaso
cruzo el mundo sin pensar
de dónde vengo ni a dónde
mis pasos me llevarán.
4 comentarios:
Uno nunca sabe a ciencia ciera a donde le llevaan sus pasos, por eso tambien es mejor no saberlo, asi no te aburres, jejeje
Bonito poema
un abrazo amigo
Esa es la magia de la vida,,, el no saber donde nos dirigimos, todo es un misterio.
Saludos amigo mio.
Bécque es mi favorito, porque no he encontrado ningún poeta cuya rima sea tan natural y tan poco forzada, como un cántico que fluye del alma ;). Ya ves, Bécquer y Buckowski, la noche y el día, la vida esta llena de contrastes. Saludos
Bécquer fue mi primer escritor favorito,,, con sus rimas y leyendas,,, y eso que soy de ciencias.
Gracias por la visita María José, besos.
Publicar un comentario