jueves, 9 de diciembre de 2010

ELLA, 5ª Parte: Bandoleros.



Llevaba ya muchas horas cabalgando y este caballo no daba muestras de cansancio, que magnifico caballo me había regalado mi Tio, ignoro cuantas leguas había recorrido en esta jornada, lo único que me importaba era llegar a mi destino lo antes posible, sin perder ni un minuto. Estaba cruzando una zona montañosa, cuando en un recodo del camino me salieron al paso como una decena de hombres armados a caballo, parecía ser una partida de bandoleros.
-¡Quieto!- gritó uno de estos hombres.- Entregadnos todo vuestro dinero, vuestros objetos de valor y el caballo.
Estaba yo encolerizado, furioso y con una rabía que me hacía hervir la sangre. Como se atrevían a molestarme en este momento y hacerme perder el tiempo.
-¡Apartaos!- les chille muy enojado.- Dejadme el paso libre. 
A lo que ellos respondieron con sus risas y burlas, lo que hizo que mi furia fuese en aumento. Desenfundé mi espada y cargué con rabía sobre ellos, no me importaba cuantos bandidos tenía delante, o el daño que pudieran causarme, incluso la muerte, no me importaba; yo solo quería continuar mi camino sin demorarme lo más mínimo, no podía permitirme el lujo de perder el tiempo.
Al verme cargar sobre ellos, estos hombres rapidamente amartillaron sus armas y en un momento me ví apuntado por sus trabucos y pistolas, pero ello no me detuvo.
-¡Altoooo!- gritó uno de estos hombres, el único de estos hombres que no estaba apuntandome con sus armas.
Era una voz que de alguna manera me inspiraba confianza y detuve mi ataque, a la vez que aquellos hombres bajaban sus armas.
Un hombre joven, quizás de mi misma edad, pero que parecía ser el cabecilla de esta panda de bandidos, se acercó en su caballo hacía mí muy lentamente.
-Solo un loco o un hombre desesperado cruzaría estos montes solo y sin escolta.- me habló tranquilamente.- y por vuestros actos creo que es lo segundo.
-Dejadme pasar.- le ordené totalmente enfurecido.
-Tranquilo Señor, no os vamos a hacer ningún daño.- me dijo.- Os conozco, sé quien sois, ¿no me recordais?
-Lo lamento, pero no os recuerdo.- le contesté, algo más tranquilo.- lo único que deseo es continuar mi viaje.
-Pues que así sea. ¡Abridle paso!- le ordenó a sus hombres.
Estos se miraban unos a otros con cara de sorpresa, como preguntandose que estaba ocurriendo, pero obedecieron sin rechistar y me abrieron un pasillo.
 
-Podeis id con Dios.- me dijo este hombre.
-Muy agradecido.- le agradecí mientras le saludaba inclinando un poco mi cabeza.
Comencé a avanzar lentamente y al pasar junto a este hombre, le arrojé a las manos una bolsa en la que guardaba los últimos reales que me quedaban.
Vi como miraba la bolsa y a la vez se arrancaba algo que llevaba colgado al cuello. Cuando estaba a unos cuantos metros por detras de él, me llamó:
-¡Caballero!
Con lo cual yo me giré y este hombre me devolvió la bolsa y me dijo:
-Yo no acepto limosnas.
Miré la bolsa y allí estaba atado, era mi anillo, aquel anillo de oro con mis iniciales grabadas que hace años atrás le entregué a aquel chico que estaba siendo apaleado en el mercado de la Plaza Mayor de la Villa.
-¡Ahora, sí que os recuerdo! Veo que no habeis cambiado mucho con los años- le dije gratamente sorprendido.
-Volved a casa y que Dios os guarde.- me deseó.
Le dí las gracias con una suave inclinación de cabeza y salí a todo galope de allí, aún me quedaba unas horas de viaje, tan solo unas cuantas leguas más, antes de llegar a mi destino.
Por fin desde lo alto de una colina pude divisar la Villa, por fin, había llegado al final de mi viaje, había llegado a casa, a mi pueblo natal.
Era una bella estampa, la iglesia con sus dos campanarios coronaba el centro del pueblo, junto con el ayuntamiento a su lado en la Plaza Mayor, y a su vez rodeado de casas todas blancas iluminadas por los últimos rayos de luz del día, y todo esto a su vez rodeado por las plantaciones de viñedos y frutales con sus grandes caserones en las que vivian la gente más adinerada de la Villa. Y a la derecha del pueblo, de norte a sur corría el rio entre una alameda muy frondosa, donde hace algo más de cinco años ví a Ella por última vez, el día que le pedí en matrimonio y Ella me rechazó.
Por un momento dudé de seguir o de darme la vuelta, no sabía que hacer. Había hecho un largo y penoso viaje, para verla a Ella, pero había sido en vano, ya no podría verla, ya no se encontraba en este mundo, ya no se encontraba entre los vivos. Que sentido tiene todo este esfuerzo, todo lo que me espera en la Villa es dolor y sufrimiento.
Ella estaba muerta, no he llegado a tiempo de verla con vida, que motivo tengo para continuar. No se que hacer, volver sobre mis pasos o continuar y enfrentarme a la dura y cruel realidad.
-Decisiones, decisiones, decidete de una vez necio.- me dije a mi mismo, mientras se me hacía un nudo en la garganta, que apenas me dejaba respirar.- A ver si reaccionas de una vez.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

muy muy muy... limdo.. me encanta la he leido desde el comienzo y me encanta... muy buena..!!

MEINSÜNDE dijo...

Sabes Batoosahi ... he lleidoo el aanteriorr cap.
y éste ... y mmee han eencantadoo los dos.

CComprendoo lo que ppuedee eestarr sintiendo ...
esa nnoticiaa es arrasadora !!!!!!
y mmáss que nnadaa porque sabes que nnoo tiene
vvueltaa atrás ...
todo ttienee solución mmenoss la mmuertee ...

NNecesitoo que reaccione, necesito ssaberr más,
debe rresolverr esta eencrucijadaa ...

Sigue por favor.

Muchos bbesoss qqueridoo amigo !!!!

Anónimo dijo...

pasa algo muy curioso cuando leo...

la mayoria de las veces termino en el momento exacto en que la cancion tambien... y esta vez ha sido asi....y debo decir que me ha encantadoo..

ha sido un capitulo fantastico..con muchas emociones.... y tambien mucho sufrimiento...

me pregunto..por que ya no pudo verla con vida???

es tan duro vivir una situacion asi... simplemente no hay palabras..... el perder a quien amas y que no haya marcha atras...

gracias Sir Batoosahi...por este capitulo maravilloso... es que me ha hecho sentir la tristeza y la desesperacion de el..

y la musica...preciosa y perfecta para el relato...

una abrazo y un beso enorme para ti...

adoro esta historia

Arwen★ dijo...

Desgarrador el dolor que siente por perder a su amada...y curiosa coincidencia que el bandolero es aquel muchacho que ayudo, muy buena la manera de enlazar las vidas de los personajes del relato...sigo leyendo con tu permiso...me encantaaaaa!!!besosss