miércoles, 30 de enero de 2013

UNA ÚLTIMA PALABRA, DE ERNEST CHRISTOPHER DOWSON.


Vayamos entonces: la noche está a nuestro alcance;
el día yace exhausto, todas las aves han volado;
y nosotros hemos cosechado la siembra de los dioses;
muerte y desesperación, honda oscuridad sobre la tierra
jóvenes como el búho, no podemos comprender
ni el llanto ni la risa, pues sólo conocemos la vanidad,
que ha impulsado nuestra perversa desolación.

Vayamos entonces: hacia un ignoto sitio, extraño y frío;
a las Tierras Vacías, donde los justos e injustos
encuentran su fin, donde descansan los viejos;
liberados del amor, del miedo y la lujuria.
Unamos las manos desgarradas, roguemos al suelo que rodee
nuestros corazones enfermos y los disuelva en polvo.

sábado, 26 de enero de 2013

AMOR NEGATIVO, DE JOHN DONNE.


 

Jamás me arrodillé, como aquellos
que adoran un ojo, mejillas, labios;
rara vez hasta aquellos que no vuelan
para admirar la virtud o la mente;
pues el sentido y la inteligencia pueden
conocer aquello que su fuego agita.
Mi amor, aunque ignorante, es más audaz,
mi fracaso yace cuando suspiro
sabiendo que forma cobra el deseo.

Si es simplemente lo perfecto
lo que no puede expresarse
sino con negativos, así entonces es mi amor;
al Todo, que todos aman, digo no.
Si alguien puede descifrar
aquello que desconocemos
entonces a nosotros conocer puede,
que él me enseñe esa Nada.
Es este, por ahora, mi alivio y consuelo,
aún cuando no halle progreso, fallar no puedo.

jueves, 24 de enero de 2013

TIERRA DE SUEÑOS, DE CHRISTINA GEORGINA ROSSETTI.


Dónde los ríos sin sol lloran,
derramando en el abismo sus olas,
ella duerme un sueño encantado
del que no despertará.
Guiada por una estrella errante,
ella llegó de lejanos lugares,
buscando sus placeres
donde las sombras yacen.

Ella dejó la rosada mañana,
ella dejó los campos de maíz
por el frío crepúsculo
y los lánguidos manantiales.
A través del sueño, como un velo,
ella observa el pálido cielo,
escuchando el canto aéreo
del triste ruiseñor.

Descanso, descanso, un perfecto descanso
cubre su frente y sus senos,
su rostro se vuelve al oeste,
hacia la Tierra Púrpura.
Ella no puede ver el grano,
madurando en la colina y el llano,
ella no puede sentir a la lluvia
caer sobre su frágil mano.

Descansa, descansa por siempre
en las exuberantes orillas
descansa hasta que el corazón calle,
hasta que el núcleo del tiempo muera.
Duerme un sueño que el dolor
no puede perturbar,
la noche no será quebrada por la mañana,
hasta que la alegría se apodere
de su perfecta paz.

martes, 22 de enero de 2013

UNA DAMA A SU ESPEJO, DE ELLA WHEELER WILCOX.



¡Ha dicho que me ama! Luego llamó a mis cabellos
hilos de seda, donde Cupido tensa su arco;
a mi mejilla, una rosa que cae sobre la nieve fresca;
y juró solemne, que mi cuello era la desesperación
de Psique, la envidia de Venus.

El Tiempo y el cuidado
desvanecerán estas ternuras.
El Dios Alegre, lo sé,
no usa cuerdas en su arco.
¿Cómo podría hacerlo, cuando yo, decrépita,
suplique por un beso en la mejilla?
La helada nieve de mi piel se derretirá,
la rosa que cae morirá,
y sobre su tumba cetrina yacerán
las huellas profundas de la vida,
y las garras del descarnado cuervo.

Cuando este altivo cuello se desgarre,
cuando su tersura se pierda en infinitos pliegues,
como una fruta madura expulsada del árbol,
o como un cansado y abandonado acordeón,
cuya última melodía ha exhalado...
el Amor... ¿también se volverá helado?

domingo, 20 de enero de 2013

LAMENTO LENTO, DE PABLO NERUDA.



En la noche del corazón
la gota de tu nombre lento
en silencio circula y cae
y rompe y desarrolla su agua.

Algo quiere su leve daño
y su estima infinita y corta,
como el paso de un ser perdido
de pronto oído.

De pronto, de pronto escuchado
y repartido en el corazón
con triste insistencia y aumento
como un sueño frío de otoño.

La espesa rueda de la tierra
su llanta húmeda de olvido
hace rodar, cortando el tiempo
en mitades inaccesibles.

Sus copas duras cubren tu alma
derramada en la tierra fría
con sus pobres chispas azules
volando en la voz de la lluvia.


miércoles, 16 de enero de 2013

FLORES TRONCHADAS, DE GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER.



Flores tronchadas, marchitas hojas
arrastra el viento;
en los espacios, tristes gemidos
repite el eco.
En las nieblas de los pasados,
en las regiones del pensamiento
gemidos tristes, marchitas galas
son mis recuerdos.

lunes, 14 de enero de 2013

LA PARTE INMORTAL, DE A. E. HOUSMAN.




Cuando me encuentro con la aurora,
o acostado espero la noche para soñar,
he oído dentro a mis huesos balbucear:
Otro día, otra noche, otra hora.

Cuando estos sentidos se deshagan
estos pensamientos de polvo descansarán,
el hombre de carne y espíritu morirá,
y el hombre de los huesos persistirá.

Esta lengua que habla, estos pulmones que gritan,
esta vitalidad que nos apresura y desea,
este cerebro que llena el cráneo con ideas,
silbando tranquilo en su colmena de sueños.

Estos hoy que tan orgullosos poseemos,
pequeños señores de un ínfimo ahora:
Los huesos inmortales tomarán el control
de la carne muerta y la muerta hora.

Hasta que la víspera y el ocaso se hayan ido:
Lenta baja la interminable noche,
y el nuevo nacimiento cae sin reproche,
que durará tanto tiempo como la tierra.

Vagabundos del este, peregrinos inquietos,
¿saben por qué no pueden descansar?
Es que cada hijo de su madre terrenal
viaja con su propio esqueleto.

Acuéstate en tu lecho de polvo;
saborea la fruta que debes soportar,
trae la semilla eterna hacia la luz,
y tus albas serán iguales a la noche.

Descansa de la pena y la maldad,
ya no le temas al calor o al sol,
ni a la nieve del invierno salvaje,
tu nueva labor es en soledad.

Buque vacío, mortaja desgarrada,
nuestra caja y vestidos no son eternos,
-Otro día, otra noche, otra hora-
así balbucean dentro mis huesos.

Por lo tanto harán mi voluntad,
hoy, que aún soy el señor de un día,
la vida y la carne aún son mías,
y el aliento hosco es mi esclavo.

Antes de que el fuego del sentido decaiga,
este humo del pensamiento golpeará la distancia,
flotando en la antigua noche sin besos
como un ejército de inmortales huesos.

sábado, 12 de enero de 2013

SIRENA, DE MARIO BENEDETTI.

 
 
Tengo la convicción de que no existes
y sin embargo te oigo cada noche,
te invento a veces con mi vanidad,
o mi desolación o mi modorra
del infinito mar viene su asombro,
lo escucho como un salmo y pese a todo
tan convencido estoy de que no existes
que te aguardo en mi sueño para luego.

jueves, 10 de enero de 2013

CONSTANCIA DE MUJER, DE JOHN DONNE.


 

Ahora, un día entero me has amado,
mañana, cuando te marches ¿qué dirás?
¿Anticiparás la fecha de algún voto reciente?
¿O dirás que ya no somos quienes fuimos?
¿O que de promesas hechas por temor
al amor y su ira, cualquiera puede abjurar?
¿O que, como la muerte disuelve el matrimonio,
así el contrato de los amantes, espejo de los primeros,
sólo atan hasta que el sueño,
reflejo de la muerte, los desate?
¿O acaso para justificar tus fines,
por haber procurado falsedad e inconstancia,
no conoces sino lo falso para enunciar la verdad?
Vana lunática, contra estos artificios podría argumentar,
ganando si lo hiciera.
Pero me abstengo,
pues mañana puede que también lo piense.

martes, 8 de enero de 2013

SOLEDAD, DE ELLA WHEELER WILCOX.



Rie, y el mundo rie contigo:
Llora, y llorarás solo.
Lo que la triste vieja tierra debe prestar es alegría
pero ella misma tiene suficientes problemas.
canta, y las colinas te contestarán;
suspira, y se perderá en el aire.
Los ecos rebotan en un alegre sonido,
pero se encogen sin considerar la voz.

Alégrate, y los hombres te buscarán:
aflígete, y ellos darán la vuelta y se irán.
Ellos quieren por completo tu placer entero,
pero no necesitan tu infortunio.
Muéstrate feliz y muchos serán tus amigos;
muéstrate triste y los perderás a todos.
No hay nadie que decline tu néctar de vino,
pero debes beber la hiel de la vida en soledad.

Festeja, y tus salones estarán repletos,
ayuna, y el mundo te ignorará.
Ten éxito y da, y eso te ayuda a vivir,
pero nadie puede ayudarte a morir.
Hay espacio en los salones del placer
para un largo y digno tren,
pero uno por uno todos tenemos que desfilar
por los estrechos pasillos del dolor.

domingo, 6 de enero de 2013

CALL ME MAYBE, DE CARLY RAE JEPSEN.

ESTE ES, SEGÚN LA MTV, EL MEJOR VIDEO DEL AÑO PASADO, EL 2012.

QUE CHASCO SE LLEVA AL FINAL LA POBRE CHICA.

viernes, 4 de enero de 2013

UNA ESCENA DE MUERTE, DE EMILY BRONTË.

cementerio gotico

¡Oh, día! Él no puede morir
cuando tu cálido arte aún brilla,
oh, Sol, en ese glorioso cielo,
declinando con tranquilidad.

Él no puede dejarte ahora,
mientras la fresca brisa sopla del oeste,
y todo alrededor de su juvenil frente
es la corona de tu alegre luz.

Edward, despierta, despierta.
La dorada noche palpita,
húmeda y clara sobre el lago del bosque,
arrebatándote de tus sueños.

Junto a ti, de rodillas,
mi querido amigo, yo ruego
que tu paso sobre el mar eterno
se demore al menos una hora.

Oigo a las olas rugir,
veo su espuma elevarse;
pero ningún atisbo de lejanas costas
ha bendecido mi fatigado ojo.

No creas a quienes te convocan
desde las distantes islas del Edén,
retorna de aquel llamado tempestuoso
hacia tu propia tierra natal.

No es la Muerte, sino el dolor
el que se debate en tu pecho.
Regresa Edward, surge otra vez,
no puedo dejar que descanses.

Una larga mirada me atraviesa, reprobando
las penas que no puedo cargar,
una silenciosa mirada agita mi sufrimiento,
mi oración es inútil, así como el arrepentimiento.

Con súbito arrebato, la fuerza
de la distracción ha pasado:
Ningún signo más de duelo
revolvió mi alma en aquel horrible día.

Pálido, lentamente, el dulce sol cayó,
hundido en paz entre la brisa crepuscular:
El verano pasó suavemente, mojando
el valle, el claro, y los mudos árboles.

Entonces, sus ojos comenzaron a agotarse
bajo el peso de un sueño mortal,
a crecer en extrañas tristezas,
a nublarse, como si pudiesen llorar.

Pero no lloró, no ha cambiado.
No se movieron, nunca se han cerrado:
Observan fijo, y nunca han variado,
jamás vagaron, y nunca reposaron.

Supe que él estaba muriendo:
Me arrodillé, y tomé su lánguida cabeza,
no sentí su aliento, ni oí ningún suspiro;
Entonces supe que estaba muerto.

miércoles, 2 de enero de 2013

LENORE, GOTTFRIED AUGUST BÜRGER.


Amaneció Lenore junto al alba carmesí,
surgiendo de temibles visiones,
"¿Eres infiel, William, o estás muerto?
hace tanto que has marchado..."
Pues él, con los guerreros de Federico,
a la lejana Praga fue a luchar;
nunca escribió, en el fragor del combate,
y triste estaba el corazón sincero que lo añoraba.

La Emperatriz y el Rey,
cansados de una lucha sin cuartel,
al fin terminaron con el odio pertinaz,
que inspiraba la rivalidad:
y la multitud marcial, con risas y canciones,
hablaba de su hogar mientras marchaba,
y ¡clank, clank, clank! venían los rangos,
al sonido de las trompetas que crecía.

Y aquí y allí, en todas partes,
a lo largo del sendero lleno de gente,
venían viejos y jóvenes, con música alegre,
a unirse a las bandas;
y los niños saltaban y gritaban para espiar a la multitud,
y temblando y estremecida la novia empujaba:
Pero ¡Oh! para los labios suaves de Lenore
se habían terminado los besos y agradecimientos.

Corría rápidamente mirando hombre por hombre
con ojos anhelantes;
pero se sentía sola en la multitud poderosa,
como si la presionara y aplastara,
Mientras pasaba de la tropa (un grupo agradable)
orgullosas las plumas ondeaban y caían,
Ella se arrancaba los cabellos y giraba,
y como loca se retorcía contra el piso.

Su madre la acariciaba con ternura,
con suaves palabras de aliento:
"Hija mía, que Dios te contemple
y te tranquilice, niña mía."
"¡Oh, madre, madre! ¡Lo que se fue, se fue!
No comprendo cómo el mundo sigue rodando:
¿Qué piedad tiene Dios conmigo?
¡Pena, pena y aflicción, para mi pesado corazón!

"¡Cielos, ayúdenla!
¡Niña, reza un Ave María!
Grandes y sabios son los actos de Dios;
Él te ama y se compadece de ti."
"¡Fuera, madre, fuera con esas mentiras!
¿Acaso Él ve mi desesperación, o escucha mi llanto?
¿Qué importa ahora esperar o rezar?
La noche ha llegado, el día ha muerto.

"¡Ayuda, Cielos, ayuda! Quien conoce al Padre
sabe por cierto que ama a su niña:
El pan y el vino de su mano divina
suavizarán su ira temperamental."
"¡Oh, madre, querida madre! el vino y el pan
no aliviarán la angustia que tortura mi mente;
porque será tarde para el pan y el vino
para este frío cádaver que aúlla desde la tumba."

"¿Qué pasaría si la falsa fe del traidor falló,
instigada por dulces tentaciones?
¿Qué pasaría si en la lejana Hungría
el tomó otra novia?
Rechaza al frágil tonto, mujer,
que acepta piedras y rechaza las perlas:
mientras que el alma y el cuerpo estén juntos
en su corazón traicionero siempre habrá tormentas."

"¡Oh madre, oh madre! ¡Lo muerto, muerto está,
y perdido quedará!
La muerte, la muerte es el destino de mi alma,
aplastada, quebrada y desolada.
¡La chispa de mi vida! ¡Abajo, abajo a la tumba:
muere sola en la noche, muere lejos en la oscuridad!
¿Qué piedad tiene Dios de mí?
¡Lamentos, ay, por mi pesado corazón!"

"Ayuda, Cielos, ayuda, y no la abandonen
porque sus penas son muy agudas,
no sabe lo que dice,
¡Oh, no consideren pecado sus palabras!
Abandona, hija mía, tu desdicha,
y piensa en las felicidades prometidas,
para que tenga paz tu mente
y sé una esperanza y hogar y novia para él."

"¿Madre mía, qué es la felicidad?
¿Madre mía, qué es el infierno?
¡Mi felicidad es estar con Guillermo,
Sin él, el mundo es infierno!
Muero sola en la noche, lejos en la oscuridad!
Tierra y Cielo, Cielo y tierra,
nada peor que estar sin Guillermo."

Esta pena quebraba el pecho de Lenore,
y apesadumbraba su cerebro;
Así surgía su lamento al Poder en lo alto,
para dudar y quejarse:
Sacudiendo sus manos y golpeando su seno,
Gritando y aullando sin descanso,
hasta que su suave velo la luna desplegó,
y las estrellas brillaron en el azul oscuro.

¡Pero se escuchan unos ruidos y el trote
de un pesado caballo!
¡Cómo retumba el acero mientras surge el jinete!
¡Cómo grita el eco!
Mientras silenciosa y claramente la campana gentil
repiquetea y tintinea dulcemente;
y claro y muy bajo a través del tablón de la puerta
llega una voz a los oídos:

"¡Hola, hola! Destraben la puerta;
¿Estás despierta, novia mía, o dormida?
¿Tu corazón aún está libre y fiel al mío?
¿Estás riendo, novia mía, o llorando?"
"¡Oh, cansada estoy, Guillermo, he esperado por ti,
Lamentandóme mientras aguardaba todo el día,
llorando con una gran pena,
por la crueldad de tu demora."

"Hasta la mortal medianoche no descansamos,
he viajado rápido desde muy lejos,
y aquí estoy de vuelta con ellos
ahora ya pasó la oscuridad."
"Ah! Descansa con ellos hasta que la noche esté tranquila,
suave debes ser, y blando, y cálido:
Escucha al viento, cómo susurra y golpea
a través de las hierbas espinosas."

"A través de las zarzas de espinos déjalos suspirar,
Déjalos suspirar, niña, déjalos!
Calma la fiereza del ojo brillante de mi cabalgadura,
y su orgulloso y salvaje penacho.
Arriba, arriba y lejos! No pararé,
Carguen rápido detrás mío, arriba, arriba y lejos!
Cientos de millas serán cabalgadas
hasta que pueda reposar en la cama nupcial."

"¡Qué! cabalgar cien millas esta noche,
llevado por esas locas fantasías!
¿No escuchas la campana con su lamento,
mientras tocan las once?"
"Mira, mira! Mira! la luna brilla:
Nosotros y los muertos cabalgamos rápido en la noche.
Es por una apuesta que te llevaré
al recinto nupcial cada vez que nazca el día."

"¡Oh! ¿Dónde está el cuarto, querido Guillermo,
y dónde la cama, Guillermo?
"Lejos, lejos de aquí: quieto, estrecho y frío:
tablón y fondo y tapa."
"¿Hay lugar para mí?"
"¡Para mí y para tí,
Sube, sube a la montura rápidamente!
Los invitados a la boda están listos,
y la puerta de la cámara está abierta."

Aquí a la derecha y allá a la izquierda,
pasaban los sembrados de maíz y tréboles,
y los puentes apenas vistos por los ojos asombrados,
mientras los sobrevolaban traqueteando.
"¿Qué pretende mi amado? La luna brilla,
Los muertos viajan rápido a través de la noche.
¿Acaso mi amado teme a los tranquilos muertos?"
"¡Oh, no, déjalos dormir en su lecho polvoriento!"

En la fresca y suave brisa que flotaba alrededor
mientras los cuervos volaban sobre sus cabezas,
¡Din dón! ¡Din Dón! Es el sonido, es la canción,
"Lugar, hagan lugar para los muertos que pasan!"
Lentamente el tren funerario se acerca,
llevando el ataúd, llevando el ferétro;
y el lamento de su canto era crudo y sibilante,
como el croar de las ranas en las marismas.

"Desenterraste tu cádaver en la medianoche oscura,
con himnos y tañidos y gemidos,
Pero yo te devuelvo al hogar, mi joven esposa,
para una fiesta nupcial más hermosa.
Ven, corista, ven con tu gentío coral,
y canten solemnemente una canción de bodas,
Ven, hermano, ven - deja escapar la bendición
que no se interrumpa el descanso del novio y la novia."

¡Pasan a la derecha, pasan a la izquierda,
los árboles y montañas en la carrera!
¡A la izquierda, y a la derecha y la izquierda,
vuelan sobre el pueblo y el mercado!
"¿Qué pretende mi amado? La luna brilla,
Los muertos viajan rápido a través de la noche.
¿Acaso mi amado teme a los tranquilos muertos?"
"¡Oh! déjalos solos en su lecho polvoriento!"

¡Mira, mira, mira! en el árbol del patíbulo,
mientras bailan rodando alocadamente,
arriba y abajo, al resplandor lunar,
un grupo volátil, semi perdidos: "¡Jo, jo! loca multitud,
vengan aquí, y unánse al comienzo de mi veloz carrera; Vengan,
bailénme una danza, oh bailarines,
mientras nos encerramos en los tablones del lecho nupcial."

¡Cómo corre la luna allá en lo alto,
en la salvaje carrera alocada!
¡Afuera y adentro, moviéndose como las estrellas
y giran sobre el cielo resplandeciente!
"¿Qué pretende mi amado? La luna brilla,
Rápidamente los muertos cabalgan a través de la noche.
¿Acaso mi amado teme a los tranquilos muertos?"
"¡Ay! Déjalos solos en su lecho polvoriento!"

"¡Corcel, corcel! apura la marcha,
que la arena del tiempo está bien gastada;
¡Corcel, corcel, rápido! comienza el día,
El aroma matutino se siente.
Termina nuestra cabalgata, termina:
¡Hagan lugar, espacio para el novio y la novia!
¡Finalmente, al fin hemos llegado al sitio,
porque la velocidad del muerto no ha aminorado!

Y rápidamente hacia una puerta de hierro,
llegaron con las riendas sueltas;
Al toque del jinete los cerrojos cedieron,
y las trabas se quebraron y cayeron;
las puertas se abrieron ante el toque de difuntos,
y sobre las blancas tumbas se lanzaron sin orden ni concierto:
las tumbas parecían arbustos sombríos,
mientras brillaban por la débil luz de la luna.

¡Pero mira, mira! en un parpadear,
una maravilla fantasmal,
la chaqueta del jinete, pedazo a pedazo,
se cae como ceniza brillante,
Sin sangre y sin pelo, una calavera desnuda,
la visión de esa macabra cabeza fue horrible,
ya no estaba allí la máscara de la vida,
y el esqueleto llevaba un reloj de arena y una guadaña.

Fuerte relinchó el caballo mientras se hundía,
y las chispas caían desparramadas:
¿Qué hombre podría decir si hubiera huído,
o se hubiera desmayado en terreno abierto?
¡Lamentos desde la tierra y aullidos en el aire!
¡Gritos y gemidos por todas partes!
Semimuerta, medio viva, el alma de Lenore
luchó como nunca antes había luchado.

La tropa del cementerio -un grupo fantasmagórico-
rodeó a la mujer agonizante;
Adentro y afuera en sus volteretas
a través del giro de los danzarines:
"Paciencia, paciencia, cuando el corazón se está quebrando;
A tu Dios no se le hacen preguntas:
¡Fuera de tu cuerpo y liberada:
El Cielo conservará tu alma eternamente!"