domingo, 3 de abril de 2011

UNA NUEVA VIDA. 6ª Parte: Nuevos Conocimientos.



A la mañana siguiente María comenzó a darles las clases a Carlos, el lugar escogido para dar las clases fue la biblioteca, el mismo lugar donde yo le daba mis clases anteriormente, era el lugar más adecuado para el estudio, y por supuesto contaba con gran cantidad de libros, de las más diversas materias, desde obras Literarias, así como libros de Historia, de Ciencias, de Filosofía....., y como no, muchos libros de música, con infinidad de partituras...

Tenía mucha curiosidad, por ver como María daba las clases, así que mientras María le daba sus clases a Carlos, yo me quedé sentado en un sillón, en un rincón, para no molestar, leyendo un libro de poesía, a la vez que estaba atento a las lecciones de la profesora, y al comportamiento de Carlos.

La profesora comenzó por comprobar los conocimientos que tenía Carlos, claro está que yo solo le enseñé Aritmética, leer y escribir, le puso unos ejercicios a Carlos, de resolver algunas operaciones aritméticas, de algo de lectura, y un dictado. Mientras María examinaba los conocimientos de Carlos, no dejaba de mirarme, ¿pudiera ser que mi presencia la estaba poniendo nerviosa? Al parecer María había quedado muy impresionada por los conocimientos adquiridos por Carlos.

- Veo que habéis sido un buen profesor para Carlos.- apuntó María.
- Por lo menos, lo he intentado.- le dije, retirando la vista del libro que estaba leyendo.
- Pues lo habéis logrado, tengo que admitir que Carlos esta mucho más preparado de lo que me esperaba.- me dijo María, mientras me regalaba una de sus sonrisas.
- Gracias, viniendo de vos, es todo un cumplido.- le agradecí, devolviendole la sonrisa.
- Entonces, si ya sé tanto, ¿para qué necesito saber más?- protestaba Carlos.
- Carlos, hay muchos conocimientos que desconoces.- le dije.- lo que yo te he enseñado, es como un vaso de agua, comparado con la inmensidad del mar, fijate cuantos conocimientos hay.
- ¿Tantos conocimientos hay, como para llenar el mar?- preguntaba Carlos.
- Así es Carlos.- le informó María.- es casi imposible conocerlos todos. No intento enseñaros el mar, eso es algo imposible, pero quizas consiga enseñaros una laguna.
- Perdonadme, señorita, pero no entiendo lo que me decís.- señalaba Carlos.
- Lo que quiero deciros, es que pretendo enseñaros muchas cosas, pero es imposible que os lo enseñe todo, pues ni yo misma lo conozco todo.- le dijo María.
- Pero yo ya sé hacer cuentas, y también sé leer y escribir.- informó Carlos.
- Si Carlos, ya lo sabemos.- le dije.- pero María está aquí para enseñarte otras cosas.
- Claro Carlos, hay más cosas que aprender en la vida, además de las cuentas, leer y escribir.- le informó María.- Como por ejemplo Historia. ¡Sabes! Hace más de dos siglos, uno de los mejores generales de España, Don Juan de Austria; hijo de Carlos V de Alemania, en España Carlos I, y hermano de Felipe II; que fue el gran vencedor de la famosa batalla naval, la batalla de Lepanto, en la cual Miguel de Cervantes, el escritor de El Quijote perdió la movilidad de un brazo, y por ello le llamaban el manco de Lepanto. Bueno, para no aburrirte mucho, resulta que Don Juan de Austria libró una gran batalla en estas tierras, en la cual derrotó a los Moriscos, poniendo así fin a la llamada Rebelión de los Moriscos.

Carlos miraba entusiasmado a María escuchando con mucha atención todo lo que le estaba contando, entonces Carlos se volvió hacia mí, preguntandome:

- ¿Es cierto todo eso?, ¿Hubo una gran batalla aquí, hace tanto tiempo?
- Claro que es cierto, la profesora María tiene toda la razón del mundo.- le contesté.- Incluso el ejercito comandado por Don Juan de Austria estuvo acampado en el lugar donde ahora esta la plantación de viñedos, de esta misma Hacienda.
- En serio, que interesante.- decía Carlos.- Creo que me va a gustar estudiar Historia.
- No solo Historia.- le dijo la profesora a Carlos.- también te voy a enseñar Ciencias y Literatura.
- ¿Ciencias y Literatura?- preguntó Carlos.
- Desde luego, pienso enseñarte de todo.- le respondió María.

María caminó hacía el rincón donde yo me encontraba sentado, y con una gran sonrisa en la cara, me comentó:

- Veo que estáis leyendo un libro, ¿me lo prestáis un momento?
- Pues claro, aquí tenéis.- le respondí, haciendole entrega del libro que estaba leyendo.
- Pero si es un libro de Gustavo Adolfo Bécquer.- observó muy sorprendida.
- Así es, es un gran amigo mio, hace años fuimos compañeros de estudios en Sevilla.- apunté.
- Me encanta, es un escritor excelente, uno de mis favoritos.- me dijo María muy contenta.

Con el libro en sus manos María regresó al lado de Carlos, y abriendo dicho libro y trás ojearlo un poco comenzo a leer:

Asomaba a sus ojos una lágrima,
y a mi labio una frase de perdón.
Habló el orgullo y enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino, ella por otro,
pero al pensar en nuestro mutuo amor
yo digo aún: "¿Por qué callé aquel día?".
Y ella dirá: "¿Por qué no lloré yo?".


- ¿Que te ha parecido este poema, Carlos?- le preguntó la profesora a su alumno.
- Pues, la verdad es que no he entendido muy bien, lo que ha leido.- le contestó Carlos.
- No te preocupes, yo te enseñaré a que entiendas la poesía, y comprenderas lo que quiere decir.- le dijo María.
- Muchas gracias Señorita.- agradeció Carlos.- aunque, es cierto que no he entendido mucho de lo que ha leido, admito que me ha gustado esa manera de contarlo, ¿podríais leerme más?, por favor.
- Muy bien, dejame buscar.- le contestó, mientras pasaba las hojas del libro, hasta que se detuvo en una, y comenzó a leer otro poema:

Como en un libro abierto
leo de tus pupilas en el fondo.
¿A qué fingir el labio
risas que se desmienten con los ojos?
¡Llora! No te avergüences
de confesar que me quisiste un poco.
¡Llora! Nadie nos mira.
Ya ves; yo soy un hombre... y también lloro.

- Gracias, María.- agradeció Carlos.- es tan bonito escuchar los poemas.
- De nada, la verdad es que me encanta la poesía de este autor.- dijo María.- siempre es un placer leer sus rimas.
- ¿Debe de ser muy difícil escribir poesía?- preguntó Carlos.
- No sabría contestarte a esa cuestión.- respondió María.- depende de cada uno, a lo que a unos le resulta fácil de hacer, a otros le puede resultar más dificil.
- Entonces, ¿yo podría llevar a escribir poesía?- preguntaba Carlos muy animado.
- ¿Y por qué no?- comentó María.
- De veras, ¿yo podría hacerlo?- volvió a preguntar Carlos.
- Eso me recuerda un soneto.- dije, a la vez que me levantaba de mi asiento.- permitidme un momento.

Me acerqué a la librería y estuve buscando un libro de sonetos, durante unos segundos, una vez que encontré el libro deseado, ojeé sus paginas hasta encontrar el soneto que buscaba.

- Este es un soneto de Lope de Vega, en el que demuestra que no es tan difícil escribir poesía, claro que Lope de Vega era todo un genio.- dije antes de comenzar a leer el siguiente soneto:


     Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto:
burla burlando van los tres delante.

     Yo pensé que no hallara consonante
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto
no hay cosa en los cuartetos que me espante.

     Por el primer terceto voy entrando
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.

     Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.


- ¡Ah! Si, recuerdo haber leido este soneto antes.- nos comentó María.- si no me equivoco, Lope de Vega lo escribió como un reto que le propusieron.
- Si, eso es. Y superó ese reto.- le dije.- demostrando que para él no era tan dificil escribir poesía.
- ¿Con el tiempo podría yo a escribir así?- preguntó Carlos.
- Pues claro que sí.- le contesté.- La poesía es sentimiento y alma, y no me cabe la menor duda de que si te lo propones, puedes llegar a hacerlo tú también.

La clase continuó muy amena, y más que una clase parecía una charla entre amigos. Lo que quedó claro fue que María supo como engatusar a Carlos para que este se sintiéra interesado tanto por la Historia, como por la Literatura, especialmente en la Poesía. Carlos parecía muy interesado en adquirir nuevos conocimientos, y a mí particularmente me encantó la manera en la que María supo tratar a Carlos, lo trataba con mucho encanto y muy amablemente, con lo que conseguía que Carlos se sintiera muy agusto con la nueva profesora.

Las clases continuaban y Carlos iba creciendo en sabiduría y en conocimientos, como solía hacer yo anteriormente, María también solía darles algunas clases a Carlos en el jardín, sobretodo solía dibujar en el jardín, cosa que ha Carlos le gustaba mucho, y también las clases de Ciencias, María le enseñó a Carlos, a distinguir las flores, las plantas, incluso todos pequeños animalitos que rondaban por los jardines y por las plantaciones de la Hacienda, los insectos, los pajaros, ardillas, ratones de campo, reptiles,...

Una tarde en la que las clases ya habían terminado, y el tiempo era muy agradable, nos encontrabamos en el jardín, disfrutando del buen tiempo, Carlos estaba jugando con unos niños, mientras que María y yo, dabamos un gradable paseo por los jardines, mientras charlábamos amigablemente sobre los avances que había logrado Carlos, y también sobre nuestros gustos en poesía.

A María le gustaba mucho la poesía de Gustavo Adolfo Bécquer, y al saber que fuimos compañeros de estudio, no solo hablábamos de su poesía y demás obras, sino que también María solía preguntarme mucho por aspectos de la vida privada de este escritor. Yo solamente podía contarle nuestras anécdotas de cuando eramos estudiantes, de nuestras diabluras de jovenes, de vez en cuando nos escribiamos alguna carta, pero tras la muerte de Ella, me aislé del mundo, me encerré en mí mismo y había perdido el contacto con Gustavo.

Realmente me encantaba estas charlas con María, disfrutaba mucho en su compañía, era tan simpática y tan amable, y sobretodo me encantaba esos ojos color esmeralda que tenía, eran unos ojos preciosos, idénticos a los ojos de Ella, cada vez que miraba a María a los ojos, sentía que eran los ojos de Ella, era como si viera a Ella en los ojos de María.
Jamás, nunca en lo que me quede de vida pordré olvidarme de Ella, y el estar con María me hacía recordarla mucho más, los agradables momentos que pasaba con María, me hacían recordar todos esos momentos tan maravillosos que había vivido con Ella, los momentos más felices de mi vida, aquellos que por mucho tiempo que pase nunca los olvidaré, ya que estan guardamos en lo más hondo de mi corazón.

Durante el paseo que estaba dando con María, por los jardines, esta se detuvo un momento observando como Carlos estaba jugando con los otros chicos, y ella se giró hacia mí, mirandome con los ojos abiertos de par en par.

- ¿Os ocurre algo María?- le pregunté muy preocupado por ella.- ¿Estáis bien?
- Si estoy estupendamente.- me contestó, con una gran sonrisa en sus labios.- ¿Quien son estos chicos que estan jugando con Carlos?
- Son hijos de los jornaleros de esta Hacienda.- le contesté.- Hay muchos crios por aquí, y suelen jugar en esta zona. Es agradable ver a los crios correteando y divirtiendose.
- Si que lo es, ¿pero estos chicos van a la escuela?- me preguntó.
- Los más pequeños aún no, algunos de los más mayores van a la escuela de la Villa.- le contesté.- pero lo cierto es que muchos no van, ya que la escuela está muy lejos.
-¡TENGO UNA IDEA!- dijimos los dos a la vez.

Los dos nos reímos al darnos cuenta que ambos habíamos dicho lo mismo a la vez.

- Jajajajaja, perdonadme, vos primero, por favor.- le concedí a María.
- ¿Me permitís que le clase a esos chicos?- me pidió.- Creo que sería una buena idea que Carlos estudiara con más chicos.
- Es genial, yo pensaba proponeros lo mismo.- le dije.- me parece una idea genial.
- Gracias, ¿no le importa que le dé clase a otros niños?- me preguntó.
- No en absoluto, opino que Carlos debería relacionarse más con los crios de su edad.- le contesté.- y opino que estos chicos también deberían estudiar.
- Pero habrá que hablar con sus padres.- dijo María.
- No os preocupéis por ello, yo me encargo.- le dije.- seguro que les encantarán la idea.
- Muchas gracias.- me agradeció.- Esto no hará que me ocupe menos de Carlos.
- Lo sé.- le dije.- Pero supongo que si váis a tener más trabajo, deberé subiros el sueldo, ¿no creéis?
- No es necesario.- contestó María.- mi sueldo es más que suficiente, y lo haré con mucho gusto.
- Nada de eso, insisto.- le dije.- os subiré el sueldo.
- Como gustéis.- me dijo María.- Vos sois el jefe, jajajaja...

Pusimos en práctica esta estupenda idea, y todos los hijos de los jornaleros vinieron a estudiar con Carlos, todos eran amigos y se divertían mucho juntos. Pero quien parecía mas contenta por todo esto era María, le encantaba enseñar, pero en mi modesta opinión, creo que lo que más le gustaba era verse rodeada de niños. Ella estaba tan contenta por darles clase a todos estos chicos, y los chicos a su vez estaban estusiasmados con su nueva profesora.

Todo era armonía y felicidad en esta casa, todos estabamos contentos y felices.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

me ha encantado como todos los demas, y si no subes uno nuevo .. voy a morir de un ataque de nervios, me colapso... jejej.. pero sobrevivire unos minutos mas...

MaRy dijo...

>_< ooohh batoosahi, me ha encantado el capítulo, y me ha encantado los poemas que has puesto, y el primer capítulo es precioso, recuerdas que lo tube en el tuenti?? :) me describes perfectamente en la historia eh!! jajaja besitos y sigue asi, me encanta como escribes.

Anónimo dijo...

de verdad que admiro a Maria!!!!

yo no podria estar rodeada de niños...eso me volveria loca...los niños son encantadores...si...pero tambien un gran terremoto... y la paciencia no es uno de mis dones :)...

me gusta esa idea de que hayan mas niños en clase...asi Carlos se divierte...

por cierto....esa amistad entre Maria y el Jefe creo que podria ser el principio de algo mas... quizas????

Sir Batoosahi..cada vez lo haces mejor...puedo imaginarme esos jardines..los viñedos...todo surge en mi cabeza miientras leo... y me encanata.... gracias por esta maraillosa historia...realmente me fascina!!!!

besos psicÖtico a ti