martes, 27 de noviembre de 2012

EL BOTE DE MI AMANTE, DE DINAK MULOCK CRAIK.


Oh, bote de mi amante, corred suave, tranquilamente;
¡oh, barca de mi amado, que lo tienes alejado de mi!
De las casas de Clachan, del fuego cantando dulcemente,
del lago y la montaña, que él ya no contemplará, jamás.

Oh, barca de mi amado, fluid suave, delicadamente;
tu portas mi alma sobre las mareas.
No he dicho una palabra, pero en mi corazón hay pena,
pues la vida es corta y el océano amplio.

Oh, barca de mi amado, volad suave, apaciblemente;
aunque la voz amada sea silencio, y su mano gentil se haya ido:
¡Pero ámame, ámame! Entonces viviré hasta encontrarte;
hasta que el viaje termine, y nuestros días oscuros hayan concluido.

sábado, 24 de noviembre de 2012

NO OBSTANTE EL AMOR, POR SER AMOR, ES HERMOSO. DE ELIZABETH BARRET BROWNING.

 
Y no obstante el amor, por ser amor,
es hermoso. Igual arde reluciente
un gran templo y la hierba. El mismo fuego
lame quemando el cedro y la hiedra.

Y el amor es un fuego; y cuando digo
te quiero, oh Dios, te quiero, ante tus ojos
me transfiguro en esplendor y siento
mi rostro centelleante que deslumbra.

En el amor no puede haber crueldad
aunque amen los más ruines de los seres,
que cuando aman a Dios Él los acepta.

Y en la apariencia ruin de lo que soy
brilla el sentimiento y purifica,
por ser fruto de amor, lo que es de carne.

jueves, 22 de noviembre de 2012

CAMINOS DEL ESPEJO, DE ALEJANDRA PIZARNIK.


Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.
Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde filoso de la noche.
Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.
Como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.
Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mi la ofrenda, el ramo que abandona el viento en el umbral.
Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste.
La noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos fríos.
Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía, recuerdo.
Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.
Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvide. Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.
Al negro sol del silencio las palabras se doraban.
Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola. Hay alguien aquí que tiembla.
Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y que deseaba yo? Deseaba un silencio perfecto. Por eso hablo.
La noche tiene la forma de un grito de lobo.
Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy. Peregrina de mi, he ido hacia la que duerme en un país al viento.
Mi caída sin fin a mi caída sin fin en dónde nadie me aguardó pues al mirar quien me aguardaba no vi otra cosa que a mi misma.
Algo caía en el silencio. Mi ultima palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.
Flores amarillas constelan un circulo de tierra azul. El agua tiembla llena de viento.
Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo, he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.

martes, 20 de noviembre de 2012

EL AMANTE HABLA DE LA ROSA EN SU CORAZÓN, DE W. B. YEATS.

 

Todas las cosas feas y rotas, todas las cosas gastadas y viejas,
El llanto de un niño junto al camino, el crujido de una carreta cargada,
Los pasos duros del arador sobre el moho inviernal,
Dañan tu imagen que hace brotar una rosa en el fondo de mi corazón.

El mal de las cosas informes es un mal demasiado grande para ser dicho;
Anhelo crearlas de nuevo y sentarme lejos en una colina verde,
Con la tierra y el cielo y el agua, vueltos a hacer, como un cofre de oro
Para tu imagen en mis sueños, que hace brotar una rosa en el fondo de mi corazón.

domingo, 18 de noviembre de 2012

CANCIÓN A LA NOCHE, DE DANIEL HENRY DENIEHY.


Oh, la noche, la noche, la solemne noche;
la tierra cede bajo su caricia silenciosa,
y el cielo, ornado de diamantes, simula un templo amplio,
donde los astros se rinden bajo el trono de la deidad.
Oh, la noche, la noche, la hechicera noche;
el reinado grotesco del día ha terminado,
y miríadas de elfos se acercan en calma,
con sus áureas barcas desde las costas del sueño.
Oh, la noche amada,
alegre y desolada,
tu bravo Céfiro galopando sobre el aire,
cuando alta brilla la luna
en el rociado espacio,
y la brisa es dulce como el beso de una dama.

Oh, la noche, la noche, la encantadora noche.
Desde la fuente a la sombra del mirto,
las primeras notas de la serenata
flotan suavemente en el aire soñoliento;
mientras claros ojos brillan entre las vides,
y blancos brazos se inclinan sobre los balcones,
bañando de suspiros al caballero que aguarda,
así como la hierba ansía el abrazo de la mañana.
Amor en sus ojos,
amor en sus suspiros,
amor en cada pecho adornado con lirios;
en palabras tan sinceras
que el oído más atento no las capta,
y el anhelante corazón tal vez las pierda.

Oh, la silenciosa noche, donde los sueños de los estudiantes
juntos se lamentan en la tumba del sabio;
y los ojos de la madre sobre la cuna
derraman lágrimas sobre la mejilla pálida.
Oh, la pacífica noche, donde el pobre vagabundo
es atravesado en el campo de batalla,
mientras llora la trompeta y el sable canta.
Sobre ellos, la solitaria y triste luna es testigo de la matanza.
Las lágrimas fluyen
sobre la mejilla de hierro
del centinela que yace solo.
Pensamientos que ruedan
por su alma intrépida;
mutilando su rostro, severo en el día.

Oh, la sagrada noche, donde se acerca la memoria,
con su rostro suave y dulce hacia mí.
Pero sus melodías son tristes, como las aéreas baladas
que el infante oye sobre las maternales faldas.
A tu alrededor, delicadas formas huyen,
con níveas frentes y dorados cabellos,
con ojos que ciegan como los cielos de verano,
y labios que hablan de perdidos días pasados.
Amplio es tu vuelo,
Oh, espíritu de la noche,
por valles, corrientes y arboledas,
pero mayor es en la penumbra
del austero cuarto del poeta.
Allí eliges, esquiva; vagar.

jueves, 15 de noviembre de 2012

NOCHE DE LUNA LLENA, DE MIGUEL DE UNAMUNO.

 

 
Noche blanca en que el agua cristalina
duerme queda en su lecho de laguna,
sobre la cuàl redonda llena luna,
que ejèrcito de estrellas encamina.

Vela, y se espeja una redonda encina
en el espejo sin rizada alguna;
Noche blanca en que el agua hace de cuna
de la màs alta y màs honda doctrina.

Es un rasgón del cielo que abrazado
tiene en sus brazos la naturaleza;
Es un rasgón del cielo que ha posado.

Y en el silencio de la noche reza
la oraciòn del amante resignado
sólo el amor, que es su única riqueza.

domingo, 11 de noviembre de 2012

CUANDO LA LUZ DE LA LUNA CAE SOBRE MI LECHO, DE LORD ALFRED TENNYSON.

 
Cuando la luz de la luna cae sobre mi lecho,
sé que en tu lugar de descanso,
desde las amplias aguas del oeste,
llega una gloria trepando los muros:
El mármol brillante aparece en la oscuridad,
arrastrándose lentamente sobre la plateada llama
que recorre las letras de tu nombre,
y el número de tus años.
La mística gloria nada en la distancia;
fuera de mi lecho la luz de la luna muere;
y cerrando los párpados de agotados ojos,
duermo hasta que se diluya el crepúsculo:

Y entonces sé que la niebla ha cubierto
con su lúcido velo todas las costas,
y en una iglesia oscura como un fantasma
el destello de tu lápida reposa hasta el alba.

jueves, 8 de noviembre de 2012

LA CIUDAD DE LA NOCHE PAVOROSA, DE JAMES THOMSON.


¡Hermanos de Melancolía, oscuros, oscuros, oscuros!
¡Guerreros de la marea negra sin conjuros!
¡Oh, espectrales vagabundos de la noche impía!
Mi alma ha sangrado por ustedes en estos años sin sol,
con la sangre amarga en lágrimas de dolor.
¡Oh, oscuridad, oscuridad, oscuridad,
lejos de toda alegría y esplendor!

Mi corazón se enferma de angustia por ti;
tu infortunio es mi pena,
y allí yazgo, cobarde, en tu muerte eterna.
He buscado en las alturas y en los abismos
el alcance de todo nuestro universo,
con desesperada esperanza,
para encontrar consuelo a tu inquietud salvaje.

Y ahora os traigo la última palabra auténtica,
atestiguada por cada ser vivo y muerto;
buenas nuevas de gran alegría para ti, para todos:
No hay ningún Dios, ningún demonio en el cielo
conjura nuestras torturas al descansar,
nada se sacia en la hiel de nuestro desconsuelo.

Es a la oscura ilusión de un sueño,
aquel ser consciente y supremo;
a quien debemos maldecir
por maldecirnos con la vida;
a quien debemos aborrecer
por aborrecernos con la vida,
que jamás concluye en la tumba serena,
que no cesa con el veneno o el cuchillo.

Es esta pequeña vida todo lo que nos queda,
la sagrada paz de la tumba siempre nos espera,
nos dormimos y jamás despertaremos,
nada nos pertenece, sólo la carne que se corrompe,
aunque sus elementos se disuelvan y permanecen
en la tierra, el aire, las aguas, y otros hombres.

martes, 6 de noviembre de 2012

EL CORAZÓN DE LA NOCHE, DE DANTE GABRIEL ROSSETTI.


De la niñez a la juventud; de la juventud a la ardua hombría;
del letargo a la fiebre del corazón;
de la vida fiel a soñar con sombríos y perdidos días;
de la confianza a la duda; de la duda al borde de la prohibición;
estos cambios han pasado como una ráfaga cíclica
hasta ahora. ¡Oh, El Alma! Cuan rápido debió
aceptar su primitiva inmortalidad,
¿Es que la carne reencarna en el polvo de dónde comenzó?

¡Oh, Señor del trabajo y la paz! ¡Señor de la vida!
¡Oh, Señor, horrible Señor de la voluntad! Aunque sea tarde,
renovad esta alma con el obediente aliento:
Que cuando la paz se reúna con la furia,
el trabajo se recupere, y la voluntad resurja,
esta alma tal vez vea tu rostro: Oh, Señor de la Muerte.

domingo, 4 de noviembre de 2012

HOUSE ON A HILL, DE KAMELOT CON SIMONE SIMONS.



Llámame un mentiroso,
un rey o un imbécil,
pero cántame una canción de prosperidad...

Mas y mas alto,
es cuando mas caemos,
difícil de acordarse...

Voy a rendirme,
y a siempre esperar,
esperar como en toda, la eternidad...

Difícil de recordar,
y difícil de olvidar,
esta sombra que cuelga sobre mí.

Llévame a casa,
a un hogar sobre la colina,
en olvido...
y llévate esta sombra sobre mí.

Llórame un río,
pero una vez que se seque,
di que hay una causa, que cumplir...

Esfuerzos sin dios,
ahogada y rota,
todo lo que quise fue a ti...

Llevame a casa,
a un hogar sobre la colina,
en olvido...
Donde las almas nunca mueren,
completamente solas...
Estas ansioso de amor,
no de compasión,
así que llevate esta sombra sobre de mí.

Bajo la luz de las estrellas tu brillas,
en soledad.
Ojos sobre el océano y mucho mas allá,
al oeste de la luna...

Llevame a casa,
a un hogar sobre la colina,
en olvido..
Donde las almas nunca mueren,
completamente solas.
Estas ansioso de amor,
no de compasión,
Ohhhhhh llevate esto!!!
a casa,
a un hogar sobre la colina,
en olvido...
donde las almas nunca mueren
completamente solas
estás ansioso de amor
no de compasión
así que llevate esta sombra sobre de mí...

viernes, 2 de noviembre de 2012

UNA CANCIÓN DE MUERTE, DE WILLIAM MORRIS.


¿Qué es aquello que viene del oeste arrasando todo?
¿Y quiénes son estos que marchan firmes y extraviados?
Traemos el mensaje que los ricos han enviado
abatiendo a los condenados a despertar y saber.
No uno, ni siquiera uno o un millar deben morir,
pero todos y cada uno si oscurecen el día.

Les preguntamos por la vida de arduo trabajo,
se nos ordenó aguardar el momento por nuestro pan;
ansiamos expresar nuestros humildes pensamientos,
regresamos sin palabras, trayendo a nuestros muertos.
No uno, ni siquiera uno o un millar deben morir,
pero todos y cada uno si oscurecen el día.

Ellos no aprenden; no tienen oídos para escuchar.
Ellos esconden el rostro ante los ojos del destino;
sus salones brillantes esconden el cielo que oscurece.
¡Pero observa a este hombre muerto golpear las puertas!
No uno, ni siquiera uno o un millar deben morir,
pero todos y cada uno si oscurecen el día.

Aquí se encuentra la señal que quebrará nuestra prisión;
en medio de la tormenta él ganó el reposo presidiario;
pero en el amanecer el sol surgió entre las nubes
trayéndonos un día de trabajo lleno de esperanzas.
No uno, ni siquiera uno o un millar deben morir,
Pero todos y cada uno si oscurecen el día.