jueves, 2 de diciembre de 2010

LA MOSCA, DE WILLIAM BLAKE.

Pequeña mosca,
tus juegos veraniegos
fueron truncados
por mi descuidada mano.

¿No soy yo
una mosca como tú?
¿O no eres tú
un hombre como yo?

Porque bailo
y bebo, y canto
hasta que alguna mano ciega
me arranque el ala.

Si el pensamiento es vida,
fortaleza y aliento;
y la ausencia
de pensamiento es muerte;

entonces yo soy
una mosca feliz,
ya vivo, ya muerto.

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