Nunca llores por un Amor muerto,
Ya que rara vez el Amor es verdadero.
Él cambia sus ropas del rojo al azul,
Y del más brillante azul al rojo,
El Amor ha nacido a una muerte temprana,
Y su realidad es apenas un despojo.
Entonces no ancles tu sonrisa
En su pálido rostro descarnado,
Para exhalar el más profundo de los suspiros.
Las palabras justas en labios sinceros
Pasarán, y sin dudas morirán;
Y tu estarás solo, mi querido,
Cuando se desaten los vientos invernales.
Nunca lamentes aquello que no puede ser,
Pues este Dios no regala dones.
Si este pobre sueño de amor fuese nuestro,
Entonces, querido, estaríamos en el Cielo,
Pero aquí sólo hay campos muertos,
Donde el verdadero amor jamás es cierto.
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