miércoles, 31 de octubre de 2012

FELIZ HALLOWEEN.

EN ESTAS FECHAS TENGO LA COSTUMBRE DE VER UNA PELI, "EL CUERVO", PUES TRANSCURRE EN ESTAS FECHAS, EN LA NOCHE DEL DIABLO Y LA DE HALLOWEEN.
LES DEJO UN POEMA QUE SE RECITA EN ESTA GRAN PELI.

QUE PASEN UNA BUENA NOCHE DE BRUJAS.
 
FELIZ HALLOWEEN!!!

 
 
Desconcertado estaba el Diablo,
y sintió el horror que la bondad oculta,
contemplando con fijeza
como, de pronto, el negro cielo
tornose blanco a sus ojos
ante el extraño caballero.

Parado el dios del Averno,
quietud y silencio en el suelo.
Sólo el rumor de las aguas
acalló el llanto del guerrero.

Y la sonrisa maligna
quebrose en cierto momento,
al ofrecerle su alma
sin señal de ningún duelo.

Sostenida entre sus manos
entregósela sin miedo.
Y Satán, entristecido,
volvió de nuevo al infierno.

Bajo los pies del soldado
Lucifer, en su aposento,
sintió clavado en su pecho
un vacío remordimiento.

Buscó explicación alguna
mas no halló lo que quería,
pues en la Tierra había un hombre
que no luchó por su valía.

martes, 30 de octubre de 2012

EL CAMPO DE LAS ALMAS, DE ISABELLA VALANCY CRAWFORD.


En mi canoa blanca, como el plateado aire
sobre el Río de la Muerte que oscuro pasa,
cuando las lunas del mundo son circulares,
yo remaba volviendo del Campo de las Almas.
Y cuando los deseos del bajo pantano se apenan,
llegan las plumas sombrías de las Hojas que Cantan.

Doscientas veces las lunas de primavera
rodaron sobre el aliento azur de la bahía,
adornándome con las alas del águila,
pintando mi rostro con el Tinte de la Muerte,
y de las cañas sobre mi cadáver rompieron
los solemnes anillos del azul, el último humo.

Doscientas veces las lunas invernales
arroparon la tierra muerta con su manto pálido;
doscientas veces las aves del viento salvaje
chillaron sobre el rubor de la luz dorada
en aquella dulce alba, cuando el verano urdía
su choza sombría de hojas perfectas.

Doscientas lunas de hojas decrecientes han pasado
desde que colocaron el arco sobre mi mano muerta,
cantando a mi alrededor la Canción del Dolor,
mientras tomaba mi camino en la tierra de los espíritus;
sin embargo, cuando el cielo azul quiebra su aliento
llegan las plumas sombrías de las Hojas que Cantan.

Blancas son las chozas en aquel campo lejano,
donde el ciervo de ojos claros corre por los llanos;
¡No hay pantanos amargos ni marjales cerrados
en la tierra donde feliz caza el gran Manitou!
Y la luna de verano rueda eternamente
sobre los hombres rojos del Campo de las Almas.

Azules son sus lagos, como el pecho de las palomas salvajes,
murmurando suave mientras oyen sus apacibles notas;
tan calmos como las estrellas que duermen en el cielo,
los lirios amarillos flotando sobre ellos;
y las canoas, como escamas de nieve plateada,
atraviesan el lecho de juncos que vienen y van.

Verdes son sus bosques; sin aires violentos
azotando la arboleda en el crepúsculo,
con el llanto de los árboles que se afligen detrás;
pero el viento del sur, amigo del gran Manitou,
cuando el verde es bañado por el rocío,
dobla alientos floridos de su caña roja.

Sobre ellos nunca caen las blancas heladas,
ni sus ramas brillan con el Tinte de la Muerte;
Manitou sonríe en su cielo de cristal,
cerrando sobre ellos su aliento vital;
y allí su voz no ruge en el trueno feroz,
allí cerca de sus felices campos de caza.

Pero a veces anhelo, sobre mi canoa blanca,
volver a los llanos y bosques del mundo:
Allí está la flecha negra que me penetró,
allí está la mujer que me dio a luz,
allí, en la luz del alba de un joven,
gané el corazón del lirio del ocaso.

Y el amor es una cuerda creciendo fuera de la vida,
y teñida en el rojo de un corazón vivo;
y el tiempo es el cuchillo herrumbrado del cazador,
que jamás podrá cortar aquellos hilos carmesí:
Navego desde la orilla de los espíritus a explorar
donde el tejido de aquella cuerda comenzó.

Pero no regresaré con las manos vacías,
muchas riquezas acumulo en mi canoa;
capullos que florecen en la tierra de los espíritus,
inmortales sonrisas del gran Manitou;
y cuando remo hacia las costas de la Tierra
las disperso sobre el corazón del hombre blanco.

Pues el amor es el aliento del alma puesta en libertad;
entonces cruzo el Río de la Muerte que oscuro pasa,
para que mi espíritu pueda susurrar suave
a los que aguardan por el Campo de las Almas.
Cuando sonríe la luz del día,
cuando la noche pálida se vuelve triste,
llegan las plumas sombrías de las Hojas que Cantan.

jueves, 25 de octubre de 2012

PARTIDA AL AMANECER, DE ROBERT BROWNING.


 
Alrededor del cabo repentinamente llegó el mar,
y el sol miró sobre las cimas de las montañas:
Recto era el camino de oro para él,
y la necesidad de un mundo de hombres para mí.

martes, 23 de octubre de 2012

¿DESEAS QUÉ TE AMEN?, DE EDGAR ALLAN POE.


¿Deseas qué te amen?
Nunca pierdas, entonces,
el rumbo de tu corazón.
Sólo aquello que eres has de ser,
y aquello que simulas, jamás serás.
Así, en el mundo, tu modo sutil,
tu gracia, tu bellísimo ser,
serán objeto de elogio sin fin
y el Amor... un sencillo deber.

domingo, 21 de octubre de 2012

ODA A LA MELANCOLÍA, DE JOHN KEATS.


No, no, no acudas al Leteo, ni exprimas
el jugo venenoso del acónito o de las raíces;
ni permitas que tu pálida frente sea besada
por la dulcamara, la uva Rubí de Proserpina;
no armes tu rosario con las bayas del tejo,
ni permitas que el escarabajo o la mariposa
se conviertan en tu Psiquis luctuosa, o que el búho
de suaves plumas comparta los misterios de tu tristeza,
pues sombra a sombra el sueño se tornará profundo,
y terminará ahogando la vigilante angustia del alma.

Pero cuando la Melancolía descienda súbitamente
desde el cielo, como una nube deshecha en llanto,
sobre las flores de tallos marchitos alentando,
escondiendo la verde colina en un sudario de Abril,
vacía entonces tu pena sobre una rosa matinal,
o en el arco iris de la ola sobre la playa,
o en el resplandor de las multicolores peonías;
o, si tu amada da muestras de femenina ira,
envuelve entre las tuyas su mano deliciosa,
y déjala delirar, sumérgete hondo, muy hondo,
en sus ojos incomparables.

Ella vive con la Belleza (la Belleza condenada a morir),
y con la Alegría, cuya mano siempre se posa sobre sus labios,
dando el último, definitivo adiós;
cerca también del doloroso placer, que la boca
ávida no ha dejado de saborear, aún cuando sea veneno.
Si, en el mismo templo del Deleite
tiene la Melancolía su castillo soberano,
aunque invisible para muchos ojos,
excepto para aquel cuya lengua temeraria es capaz
de exprimir contra su paladar el fruto de la Alegría,
y cuya alma, tras beber la tristeza de su poderío,
será colgada entre sus vastos trofeos sombríos.

viernes, 19 de octubre de 2012

NOSTALGIA, DE H. P. LOVECRAFT.


Cada año, al resplandor nostálgico del otoño, las aves remontan el vuelo sobre un océano desierto, trinando y gorjeando con prisa jubilosa por arribar a una tierra clavada en su memoria. Grandes jardines colgantes donde se abren flores de vivos colores, hileras de mangos de gusto delicioso y arboledas que forman templos sobre frescos senderos... todo esto les revelan sus vagos sueños.

Buscan en el mar vestigios de su antigua costa, y la alta ciudad blanca, erizada de torres... Pero sólo las aguas vacías se extienden ante ellos, entonces dan media vuelta una vez más. Y mientras tanto, hundidas en un abismo infestado de extraños pólipos, las viejas torres añoran su canto perdido y recordado.

miércoles, 17 de octubre de 2012

NO HAY UN MAÑANA, DE ANN FINCH, CONDESA DE WINCHILSEA.


Largo tiempo han amado, y ahora la ninfa deseada
viste la mortaja del matrimonio, como lo requiere el caso;
urgida en el día donde su tristeza fue forjada,
él prometió casarse con ella mañana.
Una y otra vez lo juró, para aplacar la tormenta
que con sus votos habría de invocar.
El Mañana llegó en plácidas sucesiones;
impacientes cada uno en si, la dama encinta
lo conmina a mantener la palabra,
y el infame sostiene sus mentiras.
Cuando al final, agotado, sin compasión,
ajeno al remordimiento de la confesión,
por sus juramentos eligió el engaño, la ilusión
de que era libre cuando no había un Mañana.
Pues cuando llegó el momento
pensó que el mundo es Hoy,
que no hay dicha en el Mañana.

El cuento es fantasía, más su moral es verdadera;
mañana y mañana, nuestra juventud nos engaña:
En la decrepitud permanecerán las lágrimas.
El moribundo jamás piensa que hoy morirá;
deshecha todos los designios del Señor:
Para la mente despierta no hay un Mañana.

lunes, 15 de octubre de 2012

OLVIDO, DE JOHN BARLAS.


¡Olvido! ¿No es un nombre de la muerte?
No, no es la muerte del Leteo su más triste nombre,
es la muerte que crece hora tras hora dentro de nosotros,
muerte que penetra lenta en nuestra mente, el aliento
del alma en retroceso se permite una sentencia:
Hoy soy el mismo que fui ayer,
engaño, pues sus pensamientos
huyen como el humo de las llamas,
y como un manto de rocío extinguen su dolor.
Cambiante es el río, aunque las olas permanecen,
sus rocas nunca se adormecen
en las caricias de la espuma.
Cambiante es el río. Se ha ido hacia la fuente,
junto con el sueño del ayer y la fortuna del estío,
los pensamientos del corazón ya no regresarán.

jueves, 11 de octubre de 2012

EL NUEVO REMORDIMIENTO, DE OSCAR WILDE.


 
El pecado era mío; yo no lo entendía,
ahora en su cueva yace la melodía,
a salvo donde en vano agita la marea
los inquietos y escasos remolinos.
Y en el hueco marchito de esta tierra
el verano ha cavado tan profundo su tumba,
que apenas los sauces plomizos pueden desear
un dorado capullo en manos del invierno.

¿Pero quién es aquel que viene por la costa?
(No, Amor, mira hacia allí y maravíllate)
¿Quién es este que llega con prendas teñidas del sur?
Es tu nuevo Señor, y él habrá de besar
las encadenadas rosas de tus labios;
yo te adoraré en mi llanto, como lo hice antes.

martes, 9 de octubre de 2012

LOS RITOS FUNERARIOS DE LA ROSA, DE ROBERT HERRICK.

 
La rosa estaba enferma, y sonriendo murió;
y, siendo santificada,
junto al lecho suspiraba
la dulce hermandad floral.
Unas bajaban la cabeza, mientras otras llevaban
agua de la fuente para lavarla.
Unas la extendían, y otras lloraban,
pero todas solemne ayuno guardaban.
Las santas hermanas entre varias
las sagradas elegías y trenos cantaban.
Pero ah, ¡qué dulzuras se olían por doquier,
cual si el cielo hubiera vaciado sus todos los perfumes allí!
Al fin, cuando las oraciones fúnebres
y los ritos fueron completados,
llorando extendieron una tela herbosa
y la cubrieron como en una tumba.

domingo, 7 de octubre de 2012

LOS PLACERES DE LA MELANCOLÍA, DE THOMAS WARTON.

 
Madre de las Reflexiones, Sabia de la Contemplación,
cuya gruta está en la roca más alta de Tenerife,
en medio de la noche tempestuosa,
donde en una calma meditación sostenida
oyes con el ulular del viento azotando la lluvia
mientras su alabanza decae,
como si los cielos despejados brillasen,
y es sobre aquel azul sereno donde la pálida Cintia
hace rodar su carro de plata;
miras fijamente sobre la bóveda adornada,
mientras los murmullos indistintos de olas lejanas
suavizan tu oído pensativo con sonidos roncos y ásperos;
segura, bendita, escuchas el alboroto salvaje de las flotas,
¡solitaria, distante del hombre conversas con las esferas!
Guíame, Reina sublime, a las penumbras solemnes
tan cercanas a mi alegría; llévame a las sombras tristes
de los sitiales desgarrados, hacia los fragmentos del crepúsculo,
donde la pensativa Melancolía adora reflexionar
sobre sus sitios favoritos cubiertos de oscuridad.

viernes, 5 de octubre de 2012

HACIA MI MISMO, DE ROBERT FROST.


Uno de mis deseos es que aquellos árboles oscuros,
tan viejos y firmes que la brisa apenas los penetra,
no fuesen la máscara de una penumbra discreta,
estiradas sombras, lejos al borde del destino.

No he de ser retenido, pero en ese algún día,
en su inmensidad debería escabullirme,
intrépido, buscando incesante la tierra abierta,
o el sendero donde la rueda lenta vierte arena.

No veo por qué yo debería volver,
o por qué los otros mis pasos deben rastrear
para alcanzarme, pues deberían extrañarme,
sabiendo largo tiempo que todavía los amo.

No me encontrarían distinto del que supieron contemplar,
sólo más seguro de que aquello que pensaba era verdad.

miércoles, 3 de octubre de 2012

DETRÁS DE MI, DE EMILY DICKINSON.



Detrás de mí, profunda eternidad.
Frente a mí, inmortalidad.
Yo misma, la frontera entre ambos.
La Muerte fluye en el Gris Oriental,
disolviéndose en el alba distante,
antes de que el Oeste comience.

Estos Reinos, después de todo, dijeron ellos;
en perfecta, incesante monarquía,
cuyo príncipe es hijo de nadie,
Él mismo, dinastía inmemorial,
Él mismo, él mismo diversificado
en un celestial duplicado.

Este Milagro ante mí,
Este Milagro detrás de mí,
siempre creciendo hacia el mar,
con la medianoche en mi norte,
con la medianoche en mi sur,
y la Tempestad en los cielos.