Cada año, al resplandor nostálgico del otoño, las aves remontan el vuelo sobre un océano desierto, trinando y gorjeando con prisa jubilosa por arribar a una tierra clavada en su memoria. Grandes jardines colgantes donde se abren flores de vivos colores, hileras de mangos de gusto delicioso y arboledas que forman templos sobre frescos senderos... todo esto les revelan sus vagos sueños.
Buscan en el mar vestigios de su antigua costa, y la alta ciudad blanca, erizada de torres... Pero sólo las aguas vacías se extienden ante ellos, entonces dan media vuelta una vez más. Y mientras tanto, hundidas en un abismo infestado de extraños pólipos, las viejas torres añoran su canto perdido y recordado.
2 comentarios:
BELLEZA EN ESTA PROSA POÉTICA.
LA NOSTALGIA QUE TEMA!!!
ME FASCINA ESE HALO DE SOLEDAD.
UN BESITO
Luján,,, me alegra que te haya gustado tanto como a mí... Besos.
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