Mientras más existimos, más breves parecen
las sucesivas etapas de nuestra vida;
en la infancia un día simula un año,
y un año el paso de los siglos.
La corriente alegre de nuestra juventud,
hecha de pasión y trastornos,
se roba el tiempo como un río llano
acariciando sus fronteras herbosas.
Como la mejilla agobiada crece en dolor,
y la palidez de la pena se espesa,
ustedes, estrellas, que miden el curso del hombre:
¿Por qué vuestro camino parece más rápido?
Cuándo la alegría pierde su flor y su aliento,
y la vida misma parece insípida:
¿Al cruzar la Muerte y su caída
sentimos vuestra marea más intensa?
Puede ser extraño ¿pero quién cambiaría
el curso del tiempo por un paso lento,
cuándo uno a uno nuestros amigos parten,
dejándonos el pecho cubierto de sangre?
El cielo otorga a nuestros años efímeros
una indiferencia ante la velocidad;
a los años jóvenes una aparente serenidad,
proporcional a su dulzura.
2 comentarios:
LA VIDA ES UN CAMINO LLENO DE ALTIBAJOS, UN APRENDIZAJE CONTINUO...
PRECIOSO POEMA.
BESOS
Luján... Hemos de aprender de lo bueno y de lo malo, las cosas buenas son una buena experiencia y las malas una lección. Gracias por tus continuas visitas. Besos.
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