Llegarán suaves lluvias y el aroma de la tierra,
y golondrinas dando vueltas con sus débiles sonidos;
y ranas en los estanques cantarán por la noche,
y ciruelos silvestres de tembloroso blanco.
Los petirrojos vestirán su fuego emplumado,
silbando sus caprichos sobre una alambrada.
Y nadie sabrá de la guerra, nadie
se preocupará al final cuando todo haya concluido.
A nadie le importaría, ni a pájaro ni a árbol,
si la humanidad pereció completamente;
y la Primavera misma, cuando despierte al amanecer
apenas se daría cuenta que nos hemos ido.
2 comentarios:
No hay nada tan inspirador que la lluvia lenta. Es fascinante, tiene magia.
Precioso poema.
Un beso
Luján... La lluvia es tan relajante, a mí me encanta pasear sintiendo como las gotas de lluvia caen sobre mi rostro. Besos.
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