No abras tus labios, necio,
ni gires hacia mi tu rostro;
la furia del cielo te derribará,
entonces mi gracia será tuya.
Borra tu sombra de mi camino,
y no derroches vanas plegarias;
el salvaje viento puede insinuar tu canto,
más nunca rogaré que te quedes.
Llévate lejos esos falsos ojos oscuros,
no los demores sobre mi rostro;
te amé con gran amor, y ahora un gran odio,
lúgubremente, se sienta en su lugar.
Todos los cambios pasan como un sueño,
yo no canto ni rezo;
tú eres el árbol venenoso
que huyó con mi vida lejos.
4 comentarios:
siempre es grato leer buena poesía!no había tenido oportunidad de leer este poema, gracias por darte el tiempo de pasar por rincón, Un Abrazo!
Entre el amor y el odio solo hay un paso que es fácil de traspasar en un solo instante.
un abrazo amigo
A VECES EL ODIO ES TAN INTENSO COMO EL AMOR. EXCELENTE POEMA NOS HAS DEJADO HOY COMO SIEMPRE.
UN BESO GRANDE.
Cecylya... Un placer visitar tu rincón,,, besos.
Sabores... Es como una balanza,,, cualquier cosa y de inclina hacia el amor o el odio, saludos amigos.
Luján... Son los sentimientos más pasionales que sentimos, besos.
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