El Amor nos regala cada don que nos permite vivir.
El Amor nos roba cada don que nos evita sufrir.
El Amor desata los labios en palabras de vanidad.
El Amor ata los labios cuando se dice una verdad.
El Amor aclara los ojos que de otro modo serían fríos.
El Amor ciega los ojos de todos, salvo los tuyos y los míos.
El Amor torna la vida en dicha, hasta que nada tengamos que desear.
El Amor torna la vida en desdicha, hasta que en vano podamos desear.
El Amor, que todo lo cambia, que nunca arrebate mi candor.
El Amor, que todo lo cambia, que me libere de este dolor.
El Amor quema al mundo en un inmutable cielo de placer.
El Amor quema al mundo en una cambiante tumba en donde yacer.
Y allí nosotros dos fuimos abandonados, sin necesidad de trabajar.
Y allí fui sólo abandonado, sin que nadie me llegue a extrañar.
Yo te elogio, Amor, pues la felicidad ha triunfado!
¿Es esta plegaria suficiente para curar mi corazón destrozado?
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