domingo, 18 de noviembre de 2012

CANCIÓN A LA NOCHE, DE DANIEL HENRY DENIEHY.


Oh, la noche, la noche, la solemne noche;
la tierra cede bajo su caricia silenciosa,
y el cielo, ornado de diamantes, simula un templo amplio,
donde los astros se rinden bajo el trono de la deidad.
Oh, la noche, la noche, la hechicera noche;
el reinado grotesco del día ha terminado,
y miríadas de elfos se acercan en calma,
con sus áureas barcas desde las costas del sueño.
Oh, la noche amada,
alegre y desolada,
tu bravo Céfiro galopando sobre el aire,
cuando alta brilla la luna
en el rociado espacio,
y la brisa es dulce como el beso de una dama.

Oh, la noche, la noche, la encantadora noche.
Desde la fuente a la sombra del mirto,
las primeras notas de la serenata
flotan suavemente en el aire soñoliento;
mientras claros ojos brillan entre las vides,
y blancos brazos se inclinan sobre los balcones,
bañando de suspiros al caballero que aguarda,
así como la hierba ansía el abrazo de la mañana.
Amor en sus ojos,
amor en sus suspiros,
amor en cada pecho adornado con lirios;
en palabras tan sinceras
que el oído más atento no las capta,
y el anhelante corazón tal vez las pierda.

Oh, la silenciosa noche, donde los sueños de los estudiantes
juntos se lamentan en la tumba del sabio;
y los ojos de la madre sobre la cuna
derraman lágrimas sobre la mejilla pálida.
Oh, la pacífica noche, donde el pobre vagabundo
es atravesado en el campo de batalla,
mientras llora la trompeta y el sable canta.
Sobre ellos, la solitaria y triste luna es testigo de la matanza.
Las lágrimas fluyen
sobre la mejilla de hierro
del centinela que yace solo.
Pensamientos que ruedan
por su alma intrépida;
mutilando su rostro, severo en el día.

Oh, la sagrada noche, donde se acerca la memoria,
con su rostro suave y dulce hacia mí.
Pero sus melodías son tristes, como las aéreas baladas
que el infante oye sobre las maternales faldas.
A tu alrededor, delicadas formas huyen,
con níveas frentes y dorados cabellos,
con ojos que ciegan como los cielos de verano,
y labios que hablan de perdidos días pasados.
Amplio es tu vuelo,
Oh, espíritu de la noche,
por valles, corrientes y arboledas,
pero mayor es en la penumbra
del austero cuarto del poeta.
Allí eliges, esquiva; vagar.

5 comentarios:

sabores compartidos dijo...

Que tendra la noche que a todos nos encanta escribirla cosas?
Sera la magia cuando confluye con la luna, o las estrellas.....
Buenos dias y perdon por el retraso, jeje es que estuve fuera el finde.
un abrazo amigo

maría josé tirado dijo...

Oh, la noche y su oscuro manto que todo lo envuelve, oculta pasiones y mentiras pero a todos seduce. Qué tendrá la noche.
Saludos!!

BATOOSAHI dijo...

La noche es mágica, misteriosa, calida y fria, húmeda en ocasiones, y numerosas cosas se oculta bajo su manto. Pero como bien decis tiene algo que nos embruja.

Saludos Sabores y María José.

Samantha dijo...

La noche tiene un encanto especial que no puedo resistirme a ella.

Un saludo!

BATOOSAHI dijo...

Samantha... si que tiene la noche ese algo que la hace tan especial.
Cuanto tiempo sin saber de tí, se te echaba de menos,,, besos.