sábado, 15 de diciembre de 2012

EPITAFIO EN UNA ENCRUCIJADA, DE AMY LEVY.

 
Cuando el mundo cerró su oscuridad sobre mí,
llamé a Dios, pero Dios jamás vino hasta aquí.
Entonces, agotando mi penoso destino
llamé al Amor, pero el Amor nunca vino.
Cuando la desdicha reunió todo mi sufrimiento,
la Muerte, fue la única en escuchar mi lamento.

2 comentarios:

Arwen dijo...

La parca siempre acude a nuestra hora, nunca falla...un hermoso poema, Feliz Navidad y besos con mi cariño.

BATOOSAHI dijo...

Siempre todo el mundo recibe esa visita, unos más tarde que otros. Cuanto mas tarde mejor.
Besos, Feliz Navidad.