Tus manos descansan abiertas sobre la hierba fresca,
tus dedos brotan de la tierra como flores rosadas:
tus ojos sonríen en paz. El pasto resplandece absorto
en las olas nebulosas del cielo, que se reúnen en calma.
Todo rodea nuestro nido, hasta donde el ojo puede contemplar,
dorados campos reales con bordes de plata,
allí donde los animales corroen las faldas del espino.
Este visible silencio, inmóvil sobre el reloj de arena.
Profundo en el sol ansiado crece la libélula,
colgando como un hilo azul lanzado del cielo:
de manera que esta hora alada gotea sobre nosotros.
Oh, cerremos los corazones sobre este regalo inmortal,
atrapemos esta inarticulada hora en compañía,
dónde el silencio de dos se transforma en una canción de amor.
2 comentarios:
Me gusta el final, cuando hay amor entre una pareja, el silencio no es un inconveniente, no hay silencios incómodos... son parte del amor.
Un abrazo!
Solo importa que los enamorados esten juntos, eso es lo más importante... Gracias por tu paso por este Rincón Samantha...
Un gran abrazo y un beso.
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