sábado, 26 de mayo de 2012

MUERTE PREMATURA, DE ELIZABETH ELEANOR SIDDAL.


No te lamentes con amargas lágrimas
por la vida que pasa rápido;
las puertas del cielo se abrirán anchas
y hacia ellas me llevarán al final.

Siéntate dócil y manso junto a mí
y observa mi joven vida mientras huye;
entonces la paz de una muerte solemne
vendrá tranquilamente hacia nosotros.

Pero mi Amor, búscame en la multitud
de los etéreos espíritus del pasado,
entre las mías yo tomaré tu mano
y sabré que eres mío al final.

4 comentarios:

maría josé tirado dijo...

Que poema tan triste, esperando el final... El final a veces llega cuando menos lo esperaban, y para otros que lo ansían tarda en llegar... El triste sino del ser humano. Saludos y feliz semana :)

BATOOSAHI dijo...

Y el dolor del que se queda cuando los que quiere mueren,,, un dolor así te destroza el alma.
Gracias por la visita a mi Rincón...
Besos María José y que disfrutes de esta semana.

sabores compartidos dijo...

El dolor de la perdida no tiene comparación a nada sobre todo si ha sido la persona a quien amabas.
un abrazo amigo

BATOOSAHI dijo...

Ese es el más terrible de los dolores, nada es peor que eso...
Un fuerte abrazo!!!