En la remota primavera de mi vida, jubilosa primavera,
dirigí mi paso errante a una mágica ribera.
La ribera solitaria, la ribera silenciosa
de un perdido lago ignoto que circundan y oscurecen
las negras rocas
y espigados pinos que las auras estremecen.
Pero cuando allí la noche arroja su manto fúnebre
y el místico y trémulo viento de su melodía,
entonces, ¡oh!, entonces quiere despertar de su aflicción
por el terror del lago triste, despertar el alma mía.
Y ese horror que habitaba en mi espíritu satisfecho;
hoy, ni las joyas ni el afán de riqueza,
como antes, llevarán mi pensammiento a contemplarlo,
ni el amor, por más que fuese el amor de tu belleza.
La muerte estaba en el fondo de la ola ponzoñosa,
y una tumba en lo más hondo, pérfidamente adornada
para quien hubiera dado tregua a su amargura,
un descanso, a los dolores de su espíritu afligido,
y en un Edén transformado
el perdido lago ignoto, lago triste y escondido.
4 comentarios:
Lo que para algunos es motivo de temor, para otros se presenta como única salvación, me ha gustado mucho, gracias por compartirlo. Saludos :)
Gracias a ti Maria José,,, por pasar por este Rincón y dejar tu comentario,,, :) :)
Un beso...
Allan Poe es uno de mis autores favoritos...increíble belleza como describe esa metáfora que es su vida comtemplandola y lamentandose de su desgracia en ese lago que es su trayectoria en la vida....me encantaaaaaaa!!!! besoss con mi ternura....
Poe es un escritor formidable tanto en verso como en prosa, a mí también me encanta,,, XXXX!!!!
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